Después de que Húrin y sus nobles guerreros perdieran en la batalla de Las Lagrimas Innumerables, Túrin tuvo que partir de Dor-Lomin para ir hacia Doriath y recibir una educación y ser entrenado como un verdadero guerrero. Pero todo fue más difícil de lo que parecía, conseguir despedirse de su madre fue todo un reto, y luego pensar que tendría que recorrer un largo viaje hacia Doriath sin ninguna compañía. Todo parecía estar muy mal, al poco tiempo los Orcos ocuparían la comarca y matarían a toda Criatura ajena a su raza excepto la señora de la comarca, Morwen ya que se hablaba de maldiciones si la señora de la comarca era atacada, y por este motivo no la atacaron. Túrin tenía que partir de ese sitio si no quería acabar siendo muerto o esclavizado, pero todo indicaba que su destino terminaría dentro poco. El partió y al poco rato Morwen que estaba embarazada, empezó a romper aguas, pero en Dor-Lomin ya no quedaba nadie a su atención, así fue como su vida terminó incluida la del bebé.
Mientras tanto, Túrin se alejaba cada vez más de su casa hasta que se perdió de vista. Segundos después Túrin empezó a escuchar a gritos y a orcos que se le acercaban a el a toda prisa, y era normal ya que ellos hacía rato que se habían percatado de su presencia, Túrin se defesó como pudo, pero no le sirvió de nada, eran muchísimos.
Más tarde Húrin ya había cumplido su condena, y por lo tanto había acabado la maldición que Morgoth le echo, pero ahora estaba solo y sin nadie ni nada, solo podía esperar a que la muerte lo viniera a buscar.
